
Una nave espacial del tamaño de un portaaviones flotaba sobre la ciudad de Rotterdam.
Se mantuvo inerte y pacifica durante cuatro minutos. Tubo un ligero movimiento al minuto 4:30 cuando la ciudad se llenó de militares, científicos, reporteros e idiotas que esperaban a Xenu.
De la maravillosa nave descendieron cuatro seres de forma indescriptibles, que avanzaron a paso seguro entre la atónita multitud. Se dirigieron a una tienda de conveniencia.
Tres extraterrestres se turnaron para utilizar el baño del local comercial. El cuarto intercambió toda la comida congelada de la tienda por cuatro lingotes de oro ultra puro.
Tomaron la mercancía adquirida, y partieron en el silencio.
Los habitantes de los Países Bajos, lo tomaron con calma y regresaron a sus molinos y bicicletas.
Ja ja ja, muy bueno
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Muy original, me tomé la libertad de compartirlo en un tweet
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Agradezco mucho la publicidad y el comentario.
Nos leemos pronto.
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=)
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Hahahaha, vaya tela. Qué humor.
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Y eso que no me has visto inventando nuevas razas alienígenas.
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