Nuevamente con el psicólogo.

No soy de las personas que les tienen miedo a los psicólogos, a fin de cuentas me parecen profesionales inocuos que dedican la mitad de su tiempo a cosas no relacionadas a la psicología.

El problema es que en todo Jalisco solo hay un profesional dispuesto a atender a un cerdito verde, y el desgraciado tiene su consultorio en un edificio viejo de seis pisos con escaleras de caracol que prohíbe que los animales usen el elevador. De manera que mis cuatro cortas patitas deben batallar durante  los 95 escalones y cuatro descansos que se necesitan para llegar al consultorio del psicólogo.

Mi mecenas y compañero de habitación me mandó al psicólogo desde la depresión causada con el incidente del detergente y la chica[1].  El licenciado en psicología[2] ya me está esperando.  Es un espectáculo ridículo, por más que se esfuerza en esconderlo se trata de un centauro.  Supongo que creyó que la corbata lo haría parecer más “humano y profesional” pero el atuendo  me envía el mensaje de “genitales pequeños-complejo de inferioridad.” El problema con la corbata es que solo utiliza eso, no hay traje, pantalones, zapatos o calzoncillos. ¿Cómo espera que me acueste en un diván y me relaje, cuando un centauro  de dos metros parcialmente desnudo[3] toma notas a escasos doscientos centímetros de mi trasero?

Para hacer más cómoda mi visita, el mitológico profesional padece del síndrome do tourette, lo he visto en el banco[4] repitiendo vacíamente las últimas silabas pronunciadas por una desesperada cajera, mientras sus compañeras no dejan de echar indiscretos vistazos al órgano reproductor del atarantado pseudotáurocefalo. No ha tenido ningún episodio en consulta pero yo sé que lo padece y él sabe que yo lo sé[5].  Como él no tiene mucha experiencia analizando seres ficticios, más allá de aquellos mencionados en las épicas griegas, nos dedicamos a hablar de sus teorías de conspiración;

Por ejemplo el considera que el papel higiénico súper suavecito fue creado por los fabricantes de inodoros de porcelana para incrementar los precios de los juegos de baño.  También opina que las compañías farmacéuticas sabotean las investigaciones que demuestran los riesgos de vacunarse y tiene un elaborado árbol conspiratorio para demostrar que los ornitorrincos existen porque Zeus hizo un trio con un castor y un pato.

También tiene una opinión muy fuerte respecto a las papadas, considera que una buena papada es señal de una condición económica envidiable, el hecho de poder comer y ver tu Smartphone por periodos alargados demuestra que puedes vivir en el ocio. Un trio de papadas demuestra una condición social codiciada donde la comida llega hasta tu boca y tú puedes concéntrate en visitar los perfiles de tus antiguas compañeras de prepa[6].  El predice que algunas personas ya conspiran para vender papadas artificiales que permitan simular una situación socioeconómica que no se posee (similar a la ropa pirata o los relojes de imitación).

Y cuando lo contradigo se enoja conmigo, me insulta a mí y a los colegas autores de ciencia ficción[7], utiliza la palabra cerdo como un insulto además de burlarse de mis patitas y mi poca condición para subir escaleras.  La cosa va así:

-Tu problema, cerdo mugroso. Es que eres un adicto a tener la razón.-

-Cuida tu vocabulario, además tengo razón la mayoría del tiempo.-

-Si tus patitas no fueran tan cortas, dejarías de repetir que tienes razón todo el tiempo.-

-Y si tú usaras pantalones podrías usar los cajeros automáticos que hay en los centros  comerciales.-

-¡¿Qué tienen que ver mis pantalones con todo esto?!-

-Lo mismo que mis pezuñas ¡animal semialfabetizado!-

-Nadie está hablando de tus pezuñas CO-CHI-NI-TO.-

-¿Es lo mejor que tienes?-

-Salte de mí consultorio.-

-¡No puedo!  Pasan por mí hasta las ocho.[8]

-Entonces, espera en el baño.-

Cuando me quejé con mi mecenas del trato que recibo, él me dijo que ya conocía el comportamiento del minotauro pero que las visitas al psicólogo eran castigo así que tendría que tolerar las sesiones faltantes.

La papada: símbolo de la opulencia.
La papada: símbolo de la opulencia.

Ernesto (Mi mecenas) también lee los comentarios. Déjale saber tu opinión respecto al trato que me está dando.

[1] Las buenas obras se pagan caro. Yo protejo a mi mejor amigo de una mocosa mal vestida, que se pinta el pelo y el me obliga a subir 95 escalones tres veces al mes.

[2] Varios de los “doctores” que se dedican al psicoanálisis se limitan a poseer una licenciatura en psicología obtenida con dos años de arduo trabajo presentándose a clases 4 horas por semana, curiosamente son los más insistentes en ser tratados de “doctor” o “señor psicólogo”

[3] Excepto por la corbata

[4] HSBC es el único banco suficientemente pervertido como para darle una tarjeta de crédito a un ser mitológico sin pantalones cuya dirección oficial se encuentra en un país al borde de la quiebra.

[5] Y mi mecenas sabe que él sabe que yo sé que él sabe que yo sé.

[6] Las últimas fotos las vacaciones de Palas en las playas nudistas de Santorini son HOT HOT HOT.

[7] Como si los autores de los clásicos universales hubieran sido autores independientes 100% creativos y sin censura.

[8] Las calles de Guadalajara no son lugar seguro para que un cerdito viaje sin compañía. Esos anuncios donde hay un cerdito sonriente bañándose en la cazuela son evidencia del humor sádico de los mexicanos.

Nota del cerdo:

Gracias a mis atentos lectores por notar que alterno entre minotauro y centauro para referirme al psicologo. Para términos prácticos y de coherencia a la historia usaremos minotauro a manera de insulto hacia los centauros.

17 comentarios en “Nuevamente con el psicólogo.

  1. Me he reído mucho. Sobre todo con aquello de subir con las patitas los 95 escalones. Como nota…. definitivamente él no es psicoanalista ni psicólogo cognitivo-conductual. Lo digo por experiencia: 4 años y medio estudiando la carrera (5 si cuento el servicio).
    P.D. Ernesto debería contratarte un chofer que te lleve y traiga. ¡Un cerdito no puede hacerlo todo en esta vida! Escribes, ¿qué más?

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  2. «Zeus tuvo un trío con un castor y un pato» Yo apoyo esa teoría. Es lo que tiene más sentido. Ánimo, cerdito, el mundo no es un lugar justo para los que son verdes y llevan encima más tocino que otra cosa. Muy mal por tu mecenas, que abusa de tus buenos modos y de tus kilitos extra. Demanda al edificio del psicólogo por la discriminación de no permitirte usar el elevador.

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  3. La teoría de la papada es muy interesante y acertada. Pero hay un grado más de opulencia: tener papada y pasar por el quirófano a que te la disimulen. Tampoco es cuestión de ir gritándole al mundo lo rico que eres y lo bien que vives. Hay mucho envidioso. Cuidate de las cazuelas, cerdito.

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  4. ¡Antes muerto que embutido! Esa estuvo genial, sin embargo cerdito, consideró poco amable el hecho que no te permitan usar elevador, sin embargo el subir escaleras puede mejorar tu condición y así podrás pelear contra las cazuelas asesinas 😉

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Deja un comentario. Cada vez que lo haces un cachorrillo encuentra su hogar.