FZ se acerca en el éter del espacio, ha visitado cientos de mundos y los ha visto morir todos. El que sigue a continuación tiene un satélite muy grande en comparación a su anfitrión. Es blanco y bello. Hermoso para acampar. Mucho tiempo antes fue este satélite el que agitó las aguas y motivó el caldo nutritivo.
En el bar una balada suena suavemente ocultando la mitad de las notas en una obscuridad provocada. Una ventana que ocupa casi el tamaño de una pared, ofrece una una vista del lago en un fondo negro donde las estrellas son la única fuente de luz.
El delgado rayo de luz generado a cientos de miles de kilómetros acaricia las copas de los arboles formando frágiles siluetas del bosque, del lago y la montaña.
Una pareja baila entre las mesas del bar, es un vals imitando a una caja musical. Sin temor a hacer el ridículo, sin temor a caerse, manteniendo la mirada en los ojos del otro. Se aman con aquella seguridad de los que saben que mañana solo puede ser mejor.
Selección natural lo llaman. Un organismo desarrolla una capacidad mas rápido que sus oponentes en la carrera evolutiva y garantiza su existencia un día mas. Algunos se desarrollan para crear seres complejos que recorren el espacio montados en las leyes de la física. Otros evolucionan para intrigar la mente mientras resuelven el laberinto del arte. Nunca ambas cosas.
Un organismo simple pero adaptado ha tomado la delantera en la competencia conocida como evolución. El no tiene manera de saberlo pero jamás diseñará un reactor nuclear, nunca escribirá un poema y no entenderá que lo mató.
La música sigue y está pareja compensa todo el potencial que la humanidad jamás cultivó. Mundos completos dedicados a entender el amor como lo hacen ellos. Existencias desperdiciadas en imitar la geometría de sus pasos de baile que se mueven al compás de una balada que algún grupo escandinavo interpretó.
FZ no es invisible. Se encuentra fuera de nuestro espectro visual, pero está allí. Documenta la cúspide y la decadencia de una raza que vivió durante muy poco tiempo. Demasiado poco tiempo. Un pequeño organismo condena su existencia al infectar a sus últimos anfitriones posibles.
El sol se asoma por el horizonte. Las frágiles siluetas forman la rojiza imagen que solo el bosque puede tener durante unos segundos antes de dar rienda suelta a la colorida vida. Silvia limpia las gotas de sangre que manchan su vestido y se despide con un beso de su amado. El la estrecha con todo su amor. Los blancos cabellos de su amada se manchan de rojo cuando la sangre de Patricio aparece en su nariz.
Dios es justo y los deja irse juntos. Un ultimo vals, danzado por los últimos de su especie.
En algún lugar de la luna, en el campamento de FZ alguien intenta imitar los pasos de aquella bella pareja…
Juntos en un ultimo vals…un toque de romanticismo espectacular!
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Realmente hermosa!
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¡No es justo lo que me haces! Esa canción es un vals que al mismo tiempo no lo es…
¿Qué clase de final por demás es ese? No debe terminar allí…
Ahora amo una nueva canción.
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