No vale la pena morir

Dicen que el que vive por la espada, por la espada muere. ¿Cómo habrá vivido Ernesto, si el arma asesina era un exprimidor de limones?

Las autoridades no dijeron gran cosa, afirmaron que había sido un crimen pasional, incluso se arrestó y procesó a una joven que trabajaba en una panadería a unas cuadras de su departamento. A todos nos sorprendió el resultado de la investigación, nadie sabía de la relación que sostenían, muy probablemente ellos tampoco.

Un veintena de personas asistieron al funeral, poco ayudó el bailarín inflable y la promesa de pizza hawaiana. Un clásico de futbol desmotivó a la mayoría de los interesados en despedirlo. Sabemos que será recordado, no como autor de comedia o ciencia ficción, tampoco como amigo o amante.  Se le conmemorará entre los cuerpos forenses como aquel tipo al que le hicieron pulpa la cabeza con un exprimidor de limones.

Había muchas cosas olvidadas entre sus anotaciones, desde planos numerados de maquinaria extraña hasta relatos sin final. Curiosamente se había escrito su propia calaverita de día de muertos.

A medio día llegó

Vestida de negro

Gustosa se cobró

Si aceptar ruego

Ernesto se murió

Una muerte barata

Se transformó

En comida de rata

A veces me pregunto si el cerdo seguirá escribiendo después de todo.

Nota del cerdo:

Mis amigos los Insectos Comunes me han pedido que les platique como va a morir mi mecenas (Ernesto).

Les comparto las muerte de otros autores:

Juicio final a la señorita Magar Relatos. Magar

Cementerio Daniel Centeno.

Mis muertes La Rata Gris

Un amor imposible Letras que se mueven

¿Descansará en paz? Universos Jean Rush

7 comentarios en “No vale la pena morir

    • Voy a partir del supuesto del que has leído muchas novelas policiacas y de misterio, por lo tanto estás acostumbrada a las descripciones graficas de crímenes morbosos.
      Se utilizó un exprimidor de acero vaciado. El primer impacto fue en la nuca dejando inconsciente a la víctima, el (o la) homicida se arrodilló sobre el pecho del desgraciado y continuo golpeando la cabeza con el exprimidor hasta que solo quedó pulpa.

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      • Hmm… No sé si leí sugestionada por mi instinto morboso, pero en la primera lectura me pareció que decía «Se le conmemorará entre los cuerpos forenses como aquel tipo al que le exprimieron la cabeza con un exprimidor de limones».
        Igual llegar al estado de pulpa con un artefactito de ese tamaño debe ser tanto o más brutal.

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