Para leer el capitulo anterior: Aquí.
André
Necesitas conocer a tus enemigos, pero es más importante entender a tus aliados…
En una habitación color beige institucional tres uniformados y un profesional esperan. La luz de la alampara no ajusta a revelar los rostros y las persianas están abajo. Nadie fuma pero el humo de varios pitillos consumidos días atrás permanece atorada en el techo.
Alfa 1, Bravo 1 y Charlie 1 son los líderes de los escuadrones, todos conservan el tomo de “Nuestros Jóvenes” en la nuca, el Entrenador se hubiera sentido orgulloso. Aquí era donde terminan los deportistas de alto rendimiento que el señor Focholia “adiestraba,” aquellos no logran llegar a primera división antes de los 30.
Al menos aquí servían de algo, el crimen organizado y los terroristas también contratan muchos fracasados con Focholia incrustado en la nuca. En realidad no era culpa suya, ese estilo educativo no aceptaba fracasos y cuando se acababa el tiempo de brillar, solo quedaba una persona herida, confundida y desorientada. La policía, el ejército y la mafia ofrecen una solución: Estructuras jerárquicas con objetivos explícitos y literales. Nada que no puedan hacer, siempre saben a quién obedecer y una constante sensación de progreso.
Esto es lo que André tiene a su disposición: Tres escuadrones totalmente predecibles para capturar a un criminal totalmente impredecible. Hasta hace cuatro horas el objetivo era un hombre positivamente influyente en la sociedad. Cuando lees este tipo de frases en un informe policial, sabes lo que significa: Tiene dinero, tiene influencias y las cosas se pondrán feas si algo no sale como lo planeado.
-Muy bien equipo, esto es una captura de nivel político y más nos vale que nadie sepa quien hizo el arresto. Este desgraciado siempre supo que algún día vendríamos por él. Si observan el planto en infrarrojos pueden ver que el maldito tiene tres túneles de escape para abandonar el edificio, dos salen a bodegas en los muelles y el tercero a un club nocturno. Alfa 1 tienes que asegurar los tres túneles, recibirás apoyo de del departamento de control de drogas y armas de fuego, oficialmente se manejará como tres redadas para búsqueda de narcóticos, si de casualidad encuentran algo la Oficial Keyes se encargará de ello, tu misión se limita únicamente en asegurar las salidas de esos túneles.-
André se dio un respiro, no había parado de hablar. Si hacia una pausa durante una instrucción alguno de los tres líderes de escuadrón intentaría hacer una observación inteligente y no estaba de humor para eso.
-Oficialmente vamos a hacer una petición formal. Cuando los abogados sean rechazados y salgan del edificio Bravo 1 entrará por la puerta principal, no olviden que es un edificio de oficinas; Entran aseguran a los civiles y los evacuan. Si algún idiota intenta resistirse: Rómpanle la cara, y que los abogados resuelvan el problema.-
Bravo 1 lanzó un gruñido, no era el tipo de misión por la que dan medallas.
-Por último: el equipo Charlie y yo entraremos por la ventana de la oficina central. Es un ventanal de treinta metros que da directo al escritorio del objetivo, tiene dos guardaespaldas, a nadie le importa si viven o mueren. Lo más probable es que el desgraciado tenga algún As bajo la manga, no podemos subestimarlo. Si el tipo es realmente culpable; lleva tiempo preparándose para este día. ¿Alguna duda?-
Ninguno de los hombres contestó, tener dudas era algo que Focholia no permitía. André disfrutó del silencio.
-Totalmente predecibles.- Se dijo con tristeza.
Emily
-Nunca llega tarde a nada.- Se dijo Emily con un susurro, no era que en ese local de estación del tren alguien la fuera a notar, pero aún así necesitaba decirlo como un secreto para ella misma. No quería aceptar que le gusta su puntualidad, la manera en la que la trataba o como la miraba. Prefería convencerse en que el placer consistía en una plática inteligente y algo de sexo ocasional. Por supuesto que había tenido muy buen sexo con otras personas, pero… bueno…
Allí estaba Carlos, siempre vestía igual: Demasiado bien para un programador independiente, pero muy austero para un contratista del gobierno.
-No sé por qué me esfuerzo para llegar diez minutos antes si tu siempre llegas un segundo después.-
Carlos sonrió – Había problemas en la oficina, nunca logro quitarme de encima a los federales y sus retrasos. – La sonrisa parecía honesta aunque en el fondo de su corazón Emily sabia que ocultaba algo.
-Tu edificio está en llamas, hay cuatro polis muertos en tu oficina, otra veintena de agentes gravemente heridos en túneles de tu propiedad y te acusan de liberar al terrorista de Puerto Rico.-
La sonrisa se desvaneció y Carlos desvió la mirada. -Quieres que te deje sola.-
-No tonto, siempre supe que algún día irían a por ti. Siéntate y ordena, que yo soy una contratista estatal muy respetada y puede que sea la ultima cena que me invitas…-
Entretenido, felicidades!
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Gracias.
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