Querido lector, probablemente te preguntarás ¿Por qué está entrada luce tan rudimentaria? ¿Soy yo o hoy hay más errores ortográficos que de costumbre?

Bueno esto está siendo escrito en el baño de un supermercado entre mensajes obscenos y un letrero pidiendo jalar la palanca después de usar el baño.

Dicen que hay días que las musas nos acarician y los poetas cantan los versos, a mi las musas me han dado un puñetazo en la cara y estoy aprovechando este impulso creativo para vomitar un pequeño ensayo de segunda clase.

Hace unas horas experimenté la vergüenza que sólo un Cretino¹ me puede ocasionar, pero yo no fuí el humillado, cada macho mamífero de este lado de la galaxia ha sido insultado por los actos de este perdedor.

Tengo una compañera de trabajo cuyas responsabilidades consisten en reclutar contratistas para los contratos de la empresa, esa mañana contactabamos con traficante de fontaneros para un jugoso contrato de 50,000 dólares, marcamos el número y la conversación fue de esta manera:

—Hola soy la ingeniera María…

—Yo no atiendo mujeres —Y el sujeto al otro lado de la línea colgó.

Mi primera impresión fue de: «este hombre acaba de perder un contrato de $100,000 mxn» mi segunda idea fue: «Qué clase de cretino inseguro rechaza un contrato por tratarse de una mujer»

La industria de la construcción está saturada de gente imbécil, desde funcionarios corruptos hasta albañiles holgazanes, pero este sujeto es triste en verdad, no hay nada que el dueño de SOTEFODE pueda hacer para remediar el daño que se causó, por qué la verdad es qué los hombres no recuperarán su estado superior de hace 79 años, María no dejará su empleo para dedicarse a tener bebés y otra empresa ya se está saboreando el dinero.
Lo único que no se puede reparar es la mala imagen y la humillación general.

¹ Cretino con «C» mayúscula.