El invierno inesperado.

—A veces la vida es una mierda y al final te mueres. —Omar tiró su colilla por la borda y volteó a ver a los niños que lo acompañaban, ninguno de ellos alcanzaba a llenar el uniforme y dudaba si podrían controlar el retroceso de sus rifles. —¿Alguno de ustedes ha besado a una chica? —algunas manos se levantaron, no eran la mayoría.

El vehículo de asalto se movía a más de ochenta kilómetros por hora sobre las aguas grises del mar de salmuera, golpeando el rostro de los chicos con latigazos de agua salada mientras se acercan a la playa Omega, el mar permanecia impasible a la guerra que se aproximaba.

Los insectos han tomado gran parte de la costa norte pero el mar se salmuera ha impedido que su expansión salga del continente, hoy esta veintena de niños jugando a los soldados junto con otros cinco mil activos de su edad intentarían recuperar la zona norte del continente.

Lo que nadie de dijo a los jóvenes reclutas es que esta movilización por la playa delta pretende concentrar al grueso de los insectos en el alcance de la artillería.

Vieron las costas nevadas de la playa omega. —¿Nieve? —preguntó uno de los chicos, algunos arriesgaron el brazo sacándolo del vehiculo para comprobar si caía nieve. —¡Nieve! —Conformaron al unisono.

En lugar de una oleada de avispas gigantes atacando desde el cielo, los chicos vieron nubes grises y copos blancos mientras desembarcaban. Algún fenómeno natural había adelantado las nevadas tres semanas tomando por sorpresa al enemigo el cual no había tenido tiempo de colocar sus huevos y ocultarse bajo tierra.

Los chicos reían mientras marchaban entre los cadáveres de mosquitos, hormigas y arañas. Un escarabajo del tamaño de una casa agonizaba, moviéndose tan lento que dejaba de ser una amenaza, algunos civiles locales habían salido de su refugio y marcaban con banderas rojas las madrigueras donde podrían haberse salvado algunos insectos.

Omar vio con resignación como el misil de artillería se aproximaba a su locación, nadie había informado del invierno adelantado.

A veces la vida es una mierda y al final te mueres.

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