El objetivo del procedimiento era sencillo: Prevenir efectos secundarios cómo el de Altalandia, si uno de los reclutadores hubiera sabido que aquella quinceañera pecosa iba a ser la madre biológica del Rey “Conquistador” Jorge probablemente hubiera dejado la aldea tranquila, pero era el año 400 después de Cristo y cuatro chozas frente a un rio no coincidían con el dato historico.
Eran gajes del oficio, legalmente no puedes obligar a una ciudadana para atender tu burdel, pero las aldeanas de Europa oriental que vivieron hace dos mil años carecen de dichos derechos.
El procedimiento siempre falla, una de las primeras consecuencias de nuestros trabajos en la Escocia precristiana salvó la vida a Nelson Mandela, y un pedido de chicas asiáticas evitó que el ejército de liberación rojo anexara Sudamérica a la China comunista.
No importa cuánto investiguemos antes de hacer nuestros reclutamientos forzosos, siempre alguna consecuencia, a veces el mundo cambia para mejor, a veces eliminas la paz mundial, cuando alguien nos quiere regularizar lo compramos o evitamos su concepción, no somos los malos, simplemente abastecemos un servicio económico sin afectar los derechos de las ciudadanas.
Los becarios llamaron al procedimiento el efecto madre de Mandela, dejó de ser gracioso cuando el hombre en vez de ser futbolista fue presidente de Sudafrica, aun así no sabemos si el mundo mejoró.
Pero hoy… Hoy el inventor de la máquina jamás nació.