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—Uy, esto está más apretado que el chocho de una puberta.—
—¿Qué… demonios… contigo? ¿Cuál es tu problema? ¡Esto es un evento formal! ¡No puedes ir por allí haciendo esa clase de comentarios.—
—Perdón señor elegancia, usted fue quien insistió en viniéramos a este evento, tu sabes que no me gusta la gente pipiris nais.—
—Hazme un favor, cierra la boca media hora, limítate a asentir y en media hora te doy las llaves del carro para que largues a donde más te plazca.—
—¿Mc Donalds?—
—Cuando tienes cinco años Mc Donalds es un triunfo, a tu edad es un simple fracaso.—
—Entonces no es cualquier lugar.—
—Tu puedes ir a cualquier lugar, yo no te voy a acompañar.—
—Te habrá botado antes de que yo consiga que un camarero me atienda.—
—¿Quieres irte en media hora?—
—¡Si!—
—Entonces cierra el pico. A la vieja le gustan de mi edad, si tengo éxito te busco en media hora para que te vayas, ¡Ah! Y no te metas en problemas o fingiré que no te conozco.—
Bueno… Allí está Sandra o Ely como la conocen por aquí, haciendo amistades, luciendo despampanante, ganando lealtades y haciendo lo que mejor sabe hacer: Confundir a los inteligentes. Bueno, lo que Sandra sabe hacer con las masas yo lo voy a hacer con una sola señora. Mirna Albarrán de la Villa de Aragón blablablá… Con su vestido negro más severo que una escuela de monjas está señora nos va a sacar de pobres, no solo a mí y a Sandra; Manuel, Javier, Francisco y muchas personas van a vivir mejor después de lo que voy a hacer.
El problema de los ricos y poderosos (aparte de su libido primitiva) es que no dejan que el dinero fluya, se supone que el un rico gasta mucho dinero y de esa manera los pobres tenemos trabajo y gradualmente vamos recibiendo algo, ahora solo se dedican a recibir la mayor parte de sus cosas gratis, que los pobres les paguemos su auto nuevo, su remodelación de piscina o su vestido nuevo.
Sandra me contó que el vestido que le regalaron para esta noche vale más de cien mil, no salieron de los bolsillos de Albarrán de la Villa, donaron ese dinero a una asociación para salvar a la vaquita marina y la asociación les obsequió un vestido por el mismo valor, antes de que la sociedad de amantes de la vaquita cerrara hizo muchos regalos a sus donantes, en su mayoría eran parientes de Mirna que deseaban deducir algunos impuestos.
No me voy a sentir mal, cuando uno como ellos se van a la quiebra no caen como nosotros, la casa será de sus acreedores, pero la seguirá habitando, la ropa fina y las joyas seguirán de su propiedad y al final quien sabe; los ricos que no caen en blandito tienden a rebotar.
Bueno, el trabajo está hecho, seis horas de trabajo duro con descansos de diez minutos en intervalos de media hora, el segundo mejor amante de este lado del atlántico me han dicho. Ely se queda a dormir con su nueva amiga Daniela, si la chica lo hace como su tía… Comienzo a sonar como Emanuel, y hablando del mi desalfabetizado amigo, ya debería haber regresado con el auto.
Bueno… tarde como siempre, el auto está allí, un modelo 300 de lujo en una de las pocas propiedades donde ese auto no llama la atención.
—Llegas tarde.—
—Pensé que tardarías más con la viejita.—
—Cierra el pico y te llevaré a McDonalds.—
—Oye que te parece Daniela, la sobrina de Mirna.—
—Es guapa, ¿Qué con ella?—
—Está en el asiento atrás.—
—¡Hola! ¿Conoces a mi marido? Me lo traje del amazonas.—
—¿Están usando pijamas de borreguitos idénticas? ¿Qué hacen ustedes aquí?—
—Vine a despedirte porque soy una muy buena anfitriona, ¿Vez ese dardo en tu rodilla? Bueno… ya estás muerto…—
—¿McDonalds?—