Santa siempre estaba contento, tenía una lista de todas las niñas malas del mundo. Las que no se comen los vegetales, las que rayan las paredes, las que arrojan electrodomésticos a los autos en movimiento.
Pequeñas que se portan mal, ponen en apuros a sus padres y hacen llorar a las madres. Niñas que se vuelven ateas al crecer, se tatúan y se pintan el pelo de colores estrafalarios. Mujercitas que se ponen ropa que escandalosa, perforan sus bellos cuerpos y deciden estudiar historia del arte o estudios de género. Jovencitas que no van a la iglesia, se ponen botas industriales y escuchan música que asusta al vecino. Muchachas cuyas provocativas fotografías rondan las partes más raras de la red.
¿Por qué San Nicolás permite esto con tanta alegría?
Es lo que todos los niños buenos le piden cada año.
Lo cancelé porque quiero hablar un poco de lo ridículos que podemos ser al momento de elegir nuestras teorías de conspiración. Hoy en la mañana leí en un «medio serio» como la Fórmula 1 y El gran premio de México eran una estrategia para todo: desde mejorar la imagen nacional a nivel internacional, hasta ocultar la muerte de no sé quien en 1974.
Hoy les tengo mi propia teoría de conspiración. Imaginen lo siguiente:
Colocar varios galanes de cine en papeles de hombres guapos y exitosos que violentan a sus mujeres. Vender el concepto de que solo a las feas les gusta que las traten bien. Poner a Jared Leto en el papel de un psicópata que marcó a su novia cual ganado y la encerró desnuda en armario de herramientas durante tres días sin comida, es una estrategia atrevida[1]. Ahora imagínense que este producto se enviará a millones de jovencitas de edad entre 14 y 25 años. ¿Les sueno un desequilibrado?
Puede sonar como otra diatriba loca de un amargado de internet. Excepto que un estudio publicado por el Journal of Women’s Health concluyó que las lectoras de 50 sombras de Grey están un 40% más dispuestas a participar en una relación abusiva. Nadie habla del BDSM, se trata de aislarte de familiares y amigos por orden de tu pareja sexual. Ahora imagínese lo que se espera si un producto similar llega a una horda de chicas confundidas. (¡Por amor de dios! comienzo a sonar como mi maestra de ciencias sociales de la secundaria[2] ¡Definitivamente ya tomé el autobús al manicomio!).
¿Que ganarían los empresarios con esto? Básicamente dinero, siempre se trata de dinero. Ya saben: menor boicot de productos de belleza, entretenimiento y «políticamente incorrectos». Como todavía no sueno suficientemente loco como para sonar creíble les diré que por televisión abierta se comienzan a transmitir telenovelas de importación turca cuya línea de trama se basa en enamorarte de tu violador…
Comienzo a dudar de mi propio argumento ¿Realmente alguien cuerdo se pasa su tarde del domingo escribiendo sobre una conspiración para someter a las mujeres en sumisión voluntaria?Mejor me voy a dormir…
Por otro lado, como varón tradicionalista heterosexual con extendidos periodos de abstinencia ¿Debería de preocuparme ante los resultados de esta tendencia?
[1] Y por eso todos odian al nerd que si leyó el comic.
[2] La mujer nunca usaba Shampoo, su bolso olía a pan integral podrido y me decía: Cerdito, condescendiente es una palabra muy complicada y no deberías usarla.
Hace unos años esta entrada hubiera comenzado así:
En el mundo hay dos clases de personas:
Las que saben que es una vara de corrección y el resto…
Pero ahora se que no es una separación equitativa y que al final no tiene sentido dividir a la raza humana por medio de un detalle tan nimio.
Así que comencemos de nuevo.
Imagen publicado por el Informador. Yo las consideraba extintas.
La temida Vara
La vara de corrección es un artículo que se puede encontrar en numerosas tiendas religiosas1 pero nunca en los aparadores frontales de las mismas. Una persona ajena a este producto puede tener dudas sobre su uso específico o el motivo de su invención. Los liberales las encuentran primitivas y violentas, los conservadores las encuentran civilizadoras y pacificadoras.
Si todavía no entienden de qué hablo permítanme ser más específico: Es una tabla diseñada para pegarle a tus hijos. Utiliza un argumento religioso para comercializar tablas de pino para pegarles a tus desobedientes chiquillos con toda comodidad2.
El secreto incomodo
Hay generaciones traumatizadas con este producto ¿no han visto cómo ha sido adaptado para funcionar como juguete sexual? Pero no hoy les escribo sobre la moralidad de pegarle a tus hijos con una vara, tampoco sobre la dañada psique sexual de los ultraconservadores que aprovechan las puertas de conexión entre las tiendas religiosas y las sex shop3.
Les hablare del desagradable secreto:
Todo viene del mismo taller. No importa si un católico, un pentecostal o una dominatrix van a utilizar la vara. Son los mismos troncos, las mismas herramientas y los mismos empleados los que fabrican los azotadores de traseros. Al final puede haber un cambio en la estética, ya sea cambiar la pintura rosa y el dibujo del corderito por un acabado en terciopelo negro. Algunas veces se reemplaza el mensaje de «Submissio est quasi control» por “Proverbios 29:15.” En ciertas ocasiones los accidentes causaron varas de terciopelo negro con corderitos y tablas de pino pintado en colores pastel con mensajes eróticos en latín4.
No hay rituales religiosos y tampoco hay erotismo. Solo una línea de producción a las afueras de la ciudad5 donde empleados mal pagados no muestran el menor interés en el uso de las tablas.
1 Independientemente de la religión a la que esté dedicada esa tienda.
3 Que no les tome por sorpresa. Muchas tiendas de artículos religiosos y sex shops están cínicamente juntas por una razón. Generalmente ambos locales tienen un mismo dueño y ofrecen discretos pasillos donde algunos extremistas cristianos pueden comprar preservativos y ciertas Drag Queen compran estatuillas religiosas.
Aprovecho el primer párrafo del primer capítulo de mi best seller para hacerles saber que estoy completamente desnudo. En la privacidad de mi habitación me encuentro frente a la pantalla de mi computadora mientras la piel de mi trasero hace contacto con la fría cubierta plástica de mi silla. (Tendré que limpiarla después). Obviamente ustedes no necesitaban saber esto, les hago el conocimiento de mi desnudez solo para hacerles saber que es una técnica creativa maravillosa. Mi cuerpo liberado de la presión que ejerce la ropa interior, ha suscitado un flujo creativo que hace que tenga novedosas ideas, no solo para escribir, me parece que debería desnudarme en mi oficina para resolver algunos problemas que implica el bombeo de pozos profundos.
La silla en cuestión.
Ahora comenzaremos con el libro.
I
Pocos castigos son tan sádicos como los que me impones tú. No puedo culparte. He cometido mis crímenes y mi sentencia es tolerar la tortura que tú asignes para mí, fue un azar del destino quedar en las manos de la mejor atormentadora del mundo.
¿Cómo es posible que alguien pueda resistirse a tu tormento? La belleza de tu cuerpo se ve incrementada conforme mi alma se quebranta. Las líneas de tu figura cual curvas que rozan la tangente entre la belleza superficial y mi dependencia a tu ser, solo se comparan con la inconmensurable beldad de tu rostro, el cual me mira con la relativa mezcla entre el odio que no me tienes y la pasión que entregas a tu misión.
No es posible permanecer estoico a tus correctivos. Porque cuando seleccionas las herramientas y los métodos de tortura lo haces con el conocimiento que solo puede poseer una esposa o una amante. Cada artículo de tormento lo seleccionas conociendo cada punto de placer en mi existencia. Cada método de tortura lo eliges a partir de un estudio completo de mi cuerpo y carácter. Un conocimiento que nunca alguien había tenido de mí.
Esa maravillosa manera en la que platicamos charlas tan infinitas como intrascendentes. Y los gloriosos momentos de silencio en los que no es necesario decir nada porque ya sabemos todo del otro. La bendita manera en la que quebrantas mi alma solo hasta el punto donde puedo soportar para detenerte y comenzar al mismo tiempo. Esas sesiones de tolerable angustia que terminan en el placer de recorrer los valles de tu figura.
Esas caricias que me mantienen cuerdo, contento y expectante. Sentado en mi celda esperando con añoranza la siguiente cita. Con la certeza de que volverás a someterme solo para coronarme como el rey del universo. Ese es el amor que siento hacia todo lo que representas. Sé que es correspondido. No importa que ellos crean que nos hacemos daño. Pueden someterme a una tortura pero no pueden obligarnos a sufrirla.
Porque aquellos que me encerraron te obligan a torturarme, pero nadie nos obliga a lastimarme. El amor que nos profesamos va más allá de este futuro distópico donde un gobierno totalitario ha aprovechado la invasión extraterrestre y los zombis para tratar de controlar nuestras vidas.
Algún día mí querida Rosa. Te tomaré en mis brazos y este ritual de sexo y tortura solo será por placer y para festejar la libertad que tendremos.
Hunk leía la carta de amor redactada en papel higiénico. Rosa la había ocultado debajo del colchón, pero nada se le escapa a un supervisor de la sección 42. Sus supervisores sabían de la traición de su mujer, por eso le habían asignado la misión de registrar los barracones donde dormía su futura esposa. Nadie la obligaba a amarlo, el gobierno del estado absoluto le había asignado su prometida de la misma manera como la asignó a todos los miembros de su escuadrón. Había sido una suerte que el azar le emparejara con la mujer más bella del barracón M21, ahora sabía que en realidad era una maldición. Los torturadores siempre se casan con los supervisores, así lo dicta el procedimiento. ¿Acaso él no había intentado ser un buen pretendiente todo el tiempo? ¿No le recitó un poema durante los juegos artificiales del aniversario de la salvación? ¿No se juraron amor eterno durante las puestas de sol en el muro? ¿Se ha olvidado de aquel tímido beso que se dieron la noche de la asignación?
Pero el la seguía amando. En lugar de entregarla a los jueces, la ayudaría a conseguir el cambio de prisionero. No permitiría que uno de los cerdos del barracón M21 la torturara y la hiciera suya cada tercer día. Ella es una chica lista, juntos dirían que cuando Oziel le entregó la carta ella la guardo para solicitar un cambio de prisionero. No podía evitar que se amaran, porque él también amó a una mujer que fue enviada mas allá del muro oeste y Rosa con su belleza jamás podrá reemplazarla. Pero podía conservar a la esposa que le asignó el gobierno y mantenerla a salvo. Antes de que otro supervisor se enterara…
Cincuenta varones y cincuenta mujeres. Marchan hacia la nave espacial saludando y sonriendo. En cuanto terminen su investigación la tierra será miembro la alianza de especies inteligentes. Muchos de estos investigadores no regresaran vivos al planeta. Fueron elegidos por su perfecta salud física y mental. Pero aun así será un milagro que el 10% de ellos sobreviva.
La gente los alaba como a dioses, hay una niña tirando pétalos de flores frente a ellos. Sus familias no tendrán que trabajar nunca. Son hermosos y solemnes. Cuando terminen su misión la humanidad será admitida para viajar libremente entre los diversos mundos. La misión de este centenar de seres humanos es terminar el trámite de especie conocido como el compendio.
Cada pareja de estos seres humanos deberá mantener relaciones sexuales con una pareja de las otras 50 razas inteligentes, si aparece una nueva raza inteligente los humanos deberán enviar otra pareja para fornicar con los nuevos miembros de la alianza.
Nadie pretende que las parejas de especies mixtas logren procrear, el sexo entre especies es meramente recreativo. El coito puede resultar en daños permanentes o incluso la muerte. En el acto se formarán parejas de tamaños tan variados que solo pueden terminar en un aplastamiento. Pero es un requisito inevitable para formar parte la alianza. Por lo menos cuatro parejas funcionarán.
El objetivo del compendio es noble, los viajeros interplanetarios viajaran lejos de sus parejas, el placer sexual frustra la sed de sangre. Incrementa la economía local. Fortalece las alianzas.
Todas las razas inteligentes unificadas por el coito casual.