La verdad del caso Cuevas Valdemar

Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre el caso de suicidio sugestivo del señor Eustacio Cuevas Valdemar, las publicaciones de poca monta así como los espacios de internet han abusado de la noticia hasta desviarla completamente del tema principal.

Como amigo personal del fallecido, he tratado de mantenerme al margen de la noticia, ingenuamente esto en lugar de ayudar a la familia y amistades del señor Cuevas, ha facilitado que los medios deformen el ya sobre explotado tema.

Anhelo personalmente que el siguiente texto arroje la luz necesaria sobre el tema y permita que todos nosotros podamos descansar.

Conocí al señor Eustacio a la sazón de hace diez años durante un viaje en tren ligero, el hombre se dedicaba a la medicina alternativa, especializándose en Herbolaria Placebológica, Mineralogía Astral y El yoga magnético.  Durante nuestra primera conversación me comentó sobre su investigación en los campos «postcientificos» los cuales avanzaban a velocidades incontrolables en comparación a las ciencias tradicionales.

En aquel entonces yo padecía de un humillante caso de diarrea y tos el cual dificultaba gravemente mi desarrollo social y personal, después de escuchar pacientemente sus explicaciones decidí tomar su consejo y mentalizar que algunas de hierbas que crecían en mi patio trasero contaban con los complementos químicos que mi cuerpo requería para sanarme. La intoxicación posterior me dejó varias semanas en cama, pero nuestra amistad se fortaleció con las semanas internados juntos en el mismo hospital psiquiátrico y nos dieron de alta el mismo día.

Evitaré comentar más detalles sobre nuestra juventud, con la intención de centrarme en el tema que los medios no pueden abandonar:

Durante las semanas previas a su muerte, el señor Eustacio había invertido sus ahorros en un proyecto de Homeopatía Astrológica, cual no dio ningún resultado. Más de uno de sus proyectos había fracasado previamente, pero al parecer el daño económico de este ultimo error había dejado severamente afectada la psique de mi amigo.

De tal manera que el Dieciocho de abril del año dos mil dieciocho Eustacio decidió suicidarse, consumió cincuenta y tres pastillas de medicamento homeopático diverso, con la intención de terminar con su vida. Los cuerpos forenses aseguran que no había suficiente concentración de ninguna substancia como para matarlo, algunos suponen alguna pastilla atorada en la garganta de mi amigo, y más de un medio de poca seriedad asegurará envenenamiento por medicamento.

La verdad es mucho más sencilla, su propia sugestión procuró un efecto placebo que lo relajó hasta su muerte…

PILDORAS Para reducir costos las pastillas estaban huecas.

 

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